La valiente decisión de H.F. Johnson, Jr. dio vuelta a una exposición de la feria mundial en un testamento al optimismo y al progreso
Así que no es de extrañar que fuera H.F. quien presentó el primer anuncio publicitario radial que convirtió a nuestra empresa en una marca para el hogar en las décadas del 30 y 40. O que fuera H.F., quien formó una relación duradera con Frank Lloyd Wright que produjo los tesoros arquitectónicos del campus de nuestra sede global.
O que también fuera H.F. quien encabezó la participación de la empresa en el arte, en una trayectoria que fue de ART:USA, la Colección de Pinturas Estadounidenses Contemporáneas de Johnson, a la película galardonada con un Premio de la Academia, To Be Alive!
Feria Mundial de 1964: Una ruptura con las convenciones
Cuando la empresa comenzó a planificar la Feria Mundial de 1964, uno podría haber esperado una muestra tradicional en un salón industrial. Eso era lo que hacían las empresas en esos días. Utilizaban la feria para mostrar sus productos.
Pero H.F tenía otra idea. Quería construir un pabellón completamente único, y mostrar una película completamente única que enriquecería el mundo.
Su hijo, Sam Johnson, lo explicó: “Mi padre era del tipo creativo. Recibió la instrucción de un químico, pero era polifacético; tenía sensibilidad cultural y artística. En ocasiones, daba ideas excelentes. Pero tal vez más importante, podía reconocer las buenas ideas. Más aún, desafiaba la creatividad de las otras personas”.
La Feria Mundial no fue la excepción.
En la feria, una hilera de máquinas abrillantadoras de calzado se encargó de atraer a los visitantes con un abrillantamiento gratis. Teletipos operados por computadora respondieron con soluciones y sugerencias de productos para incluso los problemas más difíciles de cuidado del hogar.
Pero si bien esto parece excepcional, no fue lo que hizo única la exposición de SC Johnson. Fue el pabellón en sí mismo, nuestro “Golden Rondelle”, y la maravillosa película en su interior los que dieron que hablar acerca de SC Johnson en la feria.
H.F. Johnson, Jr. quería una visión de esperanza
Recuerde cómo era el mundo a principios de la década de los 60. La conmoción política y social estaba fuera de control. La gente temía una guerra nuclear. Un presidente de los Estados Unidos había sido asesinado. Se levantaba el Muro de Berlín en Alemania. Los problemas en Vietnam se multiplicaban. Y la lucha por los derechos civiles se propagaba con furia en toda América.
En contraste con ese telón de fondo de pesimismo y miedo, H.F. quería ofrecer una película que compartiera una visión de paz, entendimiento y la dicha de estar vivos.
Era una idea bastante poco convencional, y ninguno de los miembros de su equipo ejecutivo la entendió bien. Sam cuenta la historia con estas palabras: “Mi padre quería al mejor productor de películas documentales, al igual que quiso al mejor arquitecto y terminó con Frank Lloyd Wright. Llegó a la conclusión que el productor que buscaba era Francis Thompson”.
Pero cuando el equipo cuestionó la decisión, según cuenta la leyenda de la compañía, H.F. sencillamente los miró y les dijo: “Caballeros, algunas decisiones son solo para valientes”. Y salió.
To Be Alive! devolvió la energía al público de la Feria Mundial
Pasaron casi dos años antes de que la película preliminar fuera mostrada al equipo directivo. La narración y la música todavía estaban en desarrollo. La película empleaba un formato poco común, con tres pantallas separadas que mostraban imágenes en forma simultánea de la vida alrededor del mundo. Pero Sam dijo: “No se podía percibir bien la particularidad del tono de la película”.
El equipo ejecutivo estaba decepcionado, incluso dudaban en planificar una gran inauguración. Pero H.F. fue inflexible en cuanto a que la película funcionaría.
Y así fue. Sam señaló: “Cuando los medios de comunicación se reunieron en el Rondelle para la presentación inicial de To Be Alive!, fue para todos nosotros la primera vez que vimos la película. La película prácticamente los sacó a todos de los asientos. Quizá fue la mejor pieza cinematográfica de su tipo jamás producida”.
Y atrajo incluso más atención hacia la “pequeña” compañía de la región central de los Estados Unidos que ofrecía una visión tan notable del mundo.
De película de una compañía a documental galardonado con un Premio de la Academia
Cuando se estrenó la película To Be Alive! de 18 minutos en la Feria Mundial, fue elogiada por los críticos y el público. El expresidente de EE. UU., Dwight Eisenhower, la denominó: “... la película más imaginativa y maravillosa. Muestra el mundo a través de los ojos de los niños, donde no existe el prejuicio ni la arrogancia”.
Gracias a una mezcla poco común de autenticidad, adelantos sociales y optimismo, la película se convirtió en una de las exposiciones más populares de la feria. Después, obtuvo el Premio de la Academia de 1966 al mejor cortometraje documental. Aún se exhibe en la actualidad, en nuestros recorridos por el campus de nuestras oficinas centrales.
Al igual que nuestra asociación con Frank Lloyd Wright, la expedición a Brasil en el Carnaúba, y los innumerables productos exitosos que ayudaron a la empresa a crecer, To Be Alive! es otro ejemplo de una decisión valiente tomada por H.F.
Fue creativa, única, osada e inspiradora, lo mismo que el hombre que se la jugó por ella. Algunas decisiones son solo para valientes, y SC Johnson es la mejor muestra de la valentía de H.F.