Frank Lloyd Wright y H.F. Johnson, Jr.: Una alianza legendaria para la arquitectura estadounidense
Los conceptos “arquitectura innovadora” y “edificio de oficinas” rara vez están presentes en la misma frase. En especial antes de la Segunda Guerra Mundial. Salvo por algunas excepciones notables, como el edificio Chrysler de la ciudad de Nueva York y el edificio Louis Sullivan en Chicago, los edificios de oficinas a principios del siglo XX estaban construidos para realizar una función, no para destacar una forma.
Esto cambió cuando H.F. Johnson, Jr.,, líder de la tercera generación de SC Johnson, le encargó a Frank Lloyd Wright el diseño de un edificio de oficinas para Johnson Wax en 1936.
La arquitectura de Frank Lloyd Wright cobra vida con la colaboración de H.F. Johnson, Jr.
Uno de los arquitectos más prolíficos y renombrados del siglo XX, Frank Lloyd Wright dedicó su carrera profesional a experimentar con nuevos materiales, nuevos diseños y teorías avanzadas que integraban la arquitectura con su entorno natural, algo que llamaba arquitectura orgánica.
Sin embargo, en 1936, Wright estaba casi en bancarrota. La Gran Depresión y algunos informes sobre su vida personal le habían atestado un duro golpe. Wright estaba listo, si no ansioso, por volver a trabajar. Así, cuando llegó H.F., Wright se reunió con él, sin importar si el encargo pareciera o no glamoroso.
Los dos hombres, oriundos del mismo estado, se reunieron en el poblado de Spring Green, Wisconsin, donde se llevaron de maravilla, aunque hubo algunos relatos de insultos amigables proferidos entre ellos sobre la mesa de dibujo.
Wright y H.F. tenían sus diferencias, en particular al tratarse de las estimaciones presupuestarias siempre crecientes de Wright. Sin embargo, su visión de arquitectura inspirada era inquebrantable y compartida.
Juntos, llegamos a una especie de acuerdo. H.F. quería crear un edificio que hiciera a los empleados felices y productivos. Wright quería eliminar la naturaleza sosa y aburrida de los sitios de trabajo estadounidenses, construyendo un ambiente motivador y orgánico.
Además, H.F. quería construir algo que distinguiera a SC Johnson. Quería mostrarle al mundo que la empresa no era simplemente un viejo y pequeño negocio familiar en un diminuto poblado del Medio Oeste estadounidense. Era algo más grande.
Nuestras oficinas centrales, diseñadas por Frank Lloyd Wright, pusieron a SC Johnson en el mapa
Considerado un riesgo por algunos, la visión de H.F. y los asombrosos diseños de Wright los distinguieron como visionarios pioneros. El Edificio Administrativo de SC Johnson es considerado hoy en día uno de los 25 principales edificios del siglo XX.
Desde sus 69 km (43 millas) de tubos de vidrio Pyrex hasta las columnas dendriformes que se alzan en la Gran Sala de Trabajo, es una obra de arte única que refleja la innovación y la aventura, elementos fundamentales del espíritu de SC Johnson.
Y la alianza no terminó allí. Además del Edificio Administrativo, H.F. y Wright construyeron la casa de la familia Johnson, Wingspread, en Racine, Wisconsin. Además, en 1950, H.F. inauguró la Torre de Investigación de SC Johnson diseñada por Wright, un laboratorio de vanguardia en el campus de SC Johnson.
Con la adición de cada obra maestra arquitectónica, también creció la marca SC Johnson.
En una de sus muchas cartas a H.F., Wright escribió que la arquitectura de SC Johnson serviría como... “una antorcha que se alza hacia el cielo para ser inspiración de su gente en todo el mundo”.
Lo que H.F. sabía en la década de 1930, aún lo vivimos hoy en día. La gran arquitectura tiene la capacidad de reflejar el alma de un negocio y atraer mentes creativas para resolver los problemas del día.
Es allí, entre la belleza de nuestros edificios, donde algunas de nuestras ideas más grandes toman forma.